Reflexión sobre el artículo : “Hacia sociedades de saberes compartidos”.
Alain Ambrosi, Daniel Pimienta y Valérie Peugeot en este artículo hablan en primer lugar de la expresión “sociedad de la información”, a la que se le dedica una cumbre de la ONU. Los autores comentan que no es un hecho casual el que se haya incluido el término “sociedad” en el título de la cumbre de esta organización mundial, y que ello es así porque se trata de destacar que la información plantea interrogantes en la sociedad. En concreto la llegada de las nuevas tecnologías de la información, que han supuesto un cambio fundamental en la misma.
Esta primera idea sería la única en la que existiría consenso, y la principal controversia sería la siguiente: para unos la información se configuraría como un motor económico, de tal manera que la lógica mercantil debería primar en su tratamiento, siendo entonces la mejor vía la no regulación de este mercado. Para otros la información debería ser un bien público y para ello se requeriría una regulación y una gobernabilidad pública. En principio sí estoy de acuerdo por lo menos en tomar como punto de partida el que la información ha de ser considerada como un bien público. La cuestión de la regulación o no ya es más complicada, pero mi reflexión sí toma como punto de partida la identificación de la información con bien público, debido al poder importantísimo que esta supone, y el derecho de todos a acceder a ella en condiciones de igualdad.
El artículo prosigue añadiendo que si bien algunos quisieran subordinar la información a la mera lógica mercantil, tampoco esto es posible, ya que el propio desarrollo de la información ha demostrado que ésta escapa al capitalismo clásico, de ahí la otra idea fundamental del texto: la liberalización de la palabra mediante la mundialización. De tal manera que la información, gracias a los nuevos artefactos de información, como pueden ser los blogs como este en el que escribo, ya no es un privilegio de algunos, sino que está al alcance de todos. Esto es desde luego una conquista muy relevante, y también llamativa: la información, que creo es claro que es un gran poder que muchos querrían para sí, ha seguido sola el camino de ser de todos y no de unos pocos.
Y por último y en esta línea, lo que los autores reivindican y a lo que yo me adscribo, es que el camino ha seguir ha de ser este, expresado en estas palabras: “ No confiscar la palabra. Crear un entorno propicio para que se desarrolle el deseo de comunicar, de ser y de hacer juntos.”
viernes, 23 de marzo de 2007
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